El perro es un río largo de amistad y de recuerdos.
Cuando un lazo de tristeza me viene envolviendo el alma,
mi perro se la hace suya y enseguida me acompaña.
A veces una esperanza alegra la vida mia,
y en el cencerro 'e su cola malambea la alegria.
Si tiene frío en la noche tirita sin decir nada,
y si el hambre lo persigue hace del hambre
una almohada para acostarse sobre ella aguardando madrugadas,
Y se duerme entre hambre y frío solito y sin decir nada.
Si el hombre se vuelve malo al hombre lo llaman perro...
¡Qué ofensa para mi perro compararlo a gente mala!